LIDERAZGO: Humildad...

Un empresario y un inversionista entran a una barra.  El inversionista dice “dame un whiskey con leche.”

El cantinero hace un gesto de asco y mira al empresario y le pregunta “y usted, ¿que toma?”

El empresario baja la cabeza y murmura “lo mismo que él.”

Yo he tenido que levantar capital para negocios propios y/o de otros.  He cenado con duques, políticos, he dado docenas de presentaciones, cientos de reuniones, contestado las mismas preguntas una y otra vez y sí, he tenido que besarle el trasero a uno que otro inversionista.  No es de lo más orgulloso que estoy en esta vida pero tenía que hacerse.

He trabajado en negociaciones grandes y he ido en contra de competidores gigantes.  He trabajado con jefes que no me caían bien o, para ser honesto, simplemente no los respetaba.  ¿Por qué? Por la misma razón, tenía que hacerse.

Cualquier líder que en algún momento no haya tenido que arrodillarse (en sentido figurado) para mantener su compañía a flote, asegurarse que sus empleados cobren, o para poner comida sobre la mesa de su familia, ha vivido una vida de encanto o simplemente miente.

No me odien pero usaré a Steve Jobs de ejemplo nuevamente.  Cuando Jobs regresó a Apple en el 1997, la empresa estaba a punto de la bancarrota.  Jobs hizo un pacto con su archirrival Bill Gates.  Se paró en una tarima y anunció que Microsoft invertiría 150 millones de dólares en Apple y continuaría apoyando el desarrollo de los productos de Microsoft para la plataforma de Apple.

Todos sabemos lo que paso con Apple luego de eso y también sabemos que Microsoft vendió su participación en Apple y le sacó una buena ganancia.  Ambos ganaron.

Más que haber sido despedido de la empresa que fundó, apuesto que aceptar ayuda de la competencia tiene que haber sido una de las cosas más difíciles que hiciera Jobs en su vida.  Pero tenía que hacerse y lo hizo.

Momentos difíciles requieren medidas difíciles.  Y hasta el mejor líder, en ocasiones, debe ser humilde.  Tiene que hacer lo que tenga que hacer.  Ejecutivos de empresas y líderes que ponen su orgullo antes de las necesidades de su empresa, empleados e inversionistas deber ser despedidos, tan simple como eso.

¿Y saben qué? Lo mismo nos aplica a cada uno de nosotros también.

Lo que me enoja es cuando veo a individuos golpearse el pecho y gritar a viva voz: “Estoy orgulloso de mi  mismo, nunca he tenido que pedirle ayuda a nadie en esta vida” o los que dicen “no debería trabajar para alguien a quien no respeto”, “yo soy más inteligente que mi jefe”.  Yo he pecado de hacer esos comentarios y estoy aprendiendo a ser humilde y a hacer lo que sea necesario por el bien de los míos, empleados, familiares y amigos.

Y aunque todos tenemos derecho a sentirnos así y no estoy hablando de conformarnos, y tenemos derecho a ciertas libertades y trabajar por la búsqueda de la felicidad, tenemos las opciones en nuestras manos.  Lo que significa que, si no estamos felices donde trabajamos o lo que hacemos, si no te gusta la paga o el jefe o simplemente no te gusta ser el jefe, tienes derecho a renunciar y tratar tu suerte en otro lugar.  Pero cuidado…

Si tu orgullo vale más o es más importante que las necesidades prácticas de esos que dependen de ti, si no estás dispuesto a ser humilde por ellos, por hacer lo que tengas que hacer por ellos, por los que dependen de ti, entonces eres un egoísta.  Egoísta y pequeño.

Todos nos desesperamos en alguna que otra ocasión.  Y hay mucha gente desesperada en estos momentos en nuestra Isla.  Yo lo he vivido y estoy seguro lo viviré nuevamente.  Pero ¿saben qué?  No me avergüenzo de humillarme si dejar mi ego le hace servicio a los que dependen de mí, es una rasgo raro de liderazgo – un rasgo que parece estar despareciendo lentamente de nuestra cultura empresarial y personal.

Comentario – Hace unos días un amigo abrió su corazón en Facebook en lo que considero un acto heroico, quiero compartirlo con ustedes, aquí un pedazo de lo que escribió.

“En el último status publicado les hablé q les iba a abrir mi corazón para hablarles con honestidad. Pues les cuento q un día como hoy me encuentro en una situación financiera muy difícil como muchas personas, sin trabajo, con una familia q mantener y muchas responsabilidades q cumplir. La buena noticia es q tengo una familia q entiende la situación y me Ama, tengo a Dios q es fiel y cumple sus promesas mas tengo una visión del futuro gracias a una oportunidad de negocio que no tan solo me entusiasma, me motiva y me mueve a trabajar mas fuerte q nunca antes sino q me asegura el q le pueda brindar a mi familia lo q por muchos años se han merecido y no les he podido brindar!! Gracias a todos mis amigos por su apoyo y a Dios por todo lo q me das!!”

Adelante amigo!!!